Una llamada que define el futuro: México podría enfrentarse a una ‘nueva era’ de presión estadounidense.
La llamada entre Sheinbaum y Trump representa, para muchos, el inicio de una era de presión y dependencia económica y política de México hacia EE.UU.
NACIONALES
11/7/20243 min read


La reciente llamada de felicitación de la presidenta Claudia Sheinbaum al presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, ha generado diversas interpretaciones en México. Este contacto diplomático, que se realizó apenas un día después de confirmarse la victoria de Trump, ha sido visto por algunos como un gesto de respeto, mientras que otros sectores consideran que podría marcar el inicio de una “nueva era” de presión estadounidense sobre México en temas como migración, comercio y seguridad. La relación bilateral entre ambos países se perfila como un reto importante para el gobierno de Sheinbaum, que busca un equilibrio entre el respeto mutuo y la protección de los intereses nacionales.
Un historial de presión y demandas de parte de Trump
Durante su primer mandato, Trump aplicó políticas migratorias y de seguridad fronteriza que afectaron de manera significativa a México. La política de “tolerancia cero” y la implementación de tarifas comerciales para presionar a México a gestionar los flujos migratorios reflejan su enfoque agresivo. Con su regreso a la Casa Blanca, muchos temen que este tipo de tácticas se intensifiquen, obligando a México a aceptar demandas que podrían complicar su soberanía y sus políticas internas. La presidenta Sheinbaum, quien ha expresado la importancia de una relación de “respeto mutuo” y “cooperación”, debe establecer una estrategia clara para enfrentar posibles presiones sin comprometer los intereses mexicanos.
La agenda bilateral: migración, comercio y seguridad
Uno de los temas más sensibles y de alta prioridad en la relación entre México y Estados Unidos es la migración. En su mandato anterior, Trump presionó al gobierno mexicano para que intensificara el control en su frontera sur y ampliara el despliegue de la Guardia Nacional para contener a los migrantes centroamericanos que buscan llegar a Estados Unidos. Con un flujo migratorio que sigue en aumento y con las políticas de Trump tendiendo hacia una mayor rigidez en este tema, es probable que esta área sea un punto central de negociación en la relación entre los dos países.
El comercio es otro tema clave en la agenda bilateral. La administración de Trump en el pasado impuso aranceles y renegoció el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), orientando sus políticas hacia el lema de “América Primero.” Esto resultó en modificaciones al acuerdo comercial que buscaron favorecer a Estados Unidos, aunque afectaron en algunos puntos a México. En su segundo mandato, Trump podría retomar esta postura proteccionista, y Sheinbaum deberá equilibrar los intereses comerciales del país en medio de cualquier intento por revisar las condiciones del acuerdo o implementar nuevas políticas que beneficien desproporcionadamente a Estados Unidos.
Preocupaciones de los ciudadanos y desafíos diplomáticos
La comunidad mexicana en Estados Unidos también observa este acercamiento entre Sheinbaum y Trump con preocupación. Durante su primer mandato, Trump impulsó una serie de políticas migratorias que afectaron directamente a los mexicanos en Estados Unidos, incluidos deportaciones masivas y restricciones en las solicitudes de asilo. Este retorno al poder genera incertidumbre sobre el posible endurecimiento de estas medidas, y la comunidad espera que Sheinbaum adopte una postura firme en defensa de los migrantes mexicanos.
Al interior de México, algunos críticos han señalado que el temprano contacto con Trump podría interpretarse como una señal de disposición a ceder ante las demandas estadounidenses. La presidenta enfrenta el desafío de mantener una relación de trabajo con la administración estadounidense sin mostrar complacencia. “Es importante que el gobierno mexicano defienda sus intereses sin caer en una postura de sumisión,” señaló Fernando Torres, analista de política internacional. En este sentido, Sheinbaum deberá equilibrar el diálogo diplomático y la defensa de los intereses nacionales.
Un futuro incierto en la relación México-Estados Unidos
A medida que Trump se prepara para asumir la presidencia, la relación entre México y Estados Unidos parece estar marcada por la posibilidad de presiones en temas prioritarios como migración y comercio. La administración de Sheinbaum deberá prepararse para responder a las posibles demandas de su homólogo estadounidense, buscando mantener una relación constructiva pero protegiendo la soberanía y los intereses nacionales. Aunque el primer contacto diplomático fue un gesto protocolario, se espera que en los próximos meses ambas naciones exploren su agenda común y definan los términos de su colaboración.
Este desafío se presenta como una prueba para el gobierno de Sheinbaum y la relación bilateral entre ambos países, que han demostrado ser interdependientes pero a menudo tensos. En un contexto donde Estados Unidos y México comparten preocupaciones en seguridad y economía, la habilidad de Sheinbaum para mantener una postura firme y clara frente a la administración de Trump será esencial para asegurar una relación que, aunque colaborativa, no comprometa los intereses de México.