Movimiento Ciudadano: derroche millonario y ego desmedido mientras Jalisco olvida sus verdaderas necesidades

NACIONALES

8/10/20252 min read

En Jalisco, Movimiento Ciudadano ha dejado claro que su prioridad no es el bienestar ciudadano, sino el brillo mediático y el culto a la imagen personal de sus funcionarios. Un análisis contundente de las tesorerías municipales de Tlajomulco de Zúñiga y Zapopan revela un patrón alarmante: un derroche obsceno en comunicación social y publicidad que parece más un gasto en promoción política y egos inflados que una inversión para informar o beneficiar a la sociedad.

El alcalde de Tlajomulco, Gerardo Quirino Velázquez Chávez, ha duplicado en un año el gasto en publicidad, pasando de 3.4 millones de pesos en junio de 2024 a más de 7 millones en junio de 2025. Este aumento no es casualidad sino una estrategia evidente para mantener una imagen impecable en los medios, sin importar el costo para las finanzas públicas y las necesidades reales de la población.

Pero el caso más escandaloso es el de Zapopan, donde el alcalde Juan José Frangie Saade —exdirector general de equipos de fútbol y protegido político de Jesús Pablo Lemus Navarro— ha dilapidado más de 65 millones de pesos en servicios de comunicación social y publicidad. Lo peor es que, mientras presume esa “proyección de imagen”, el municipio reporta un subejercicio de 41 millones de pesos, es decir, dinero no gastado en áreas prioritarias y que, según fuentes internas, podría esconder irregularidades o, cuando menos, un manejo irresponsable del presupuesto.

Este gasto exorbitante en publicidad se convierte en una burla para los ciudadanos que enfrentan carencias en servicios básicos y atención pública. La administración de Movimiento Ciudadano en Jalisco exhibe una clara preferencia por el show mediático, donde los funcionarios se comportan más como estrellas de la farándula que como servidores públicos responsables.

Este derroche millonario no solo muestra la corrupción y el mal uso de los recursos, sino también la decadencia ética de un partido que, lejos de trabajar por la gente, gasta millones para alimentar egos y ambiciones políticas. Mientras tanto, las verdaderas necesidades de Jalisco quedan en segundo plano.

Movimiento Ciudadano debe rendir cuentas y dejar de usar el presupuesto público para satisfacer vanidades personales y proyectos de auto promoción que no benefician a nadie, excepto a sus propios intereses.