El PAN en Campeche, cada día más cerca de la desaparición política

El Partido Acción Nacional (PAN) en Campeche atraviesa por uno de los momentos más críticos de su historia. Lejos de consolidarse como un proyecto vigente y cercano a la ciudadanía, el blanquiazul se hunde en el olvido, con una dirigencia estatal carente de liderazgo y una estrategia que brilla por su ausencia. La actual presidenta estatal, Nelly del Carmen Márquez Zapata, ha sido incapaz de articular un plan de trabajo que entusiasme a la militancia o que reposicione al partido frente a un electorado que cada vez lo percibe más distante y desdibujado.

La fractura interna es evidente. Desde su cuestionada elección al frente del Comité Directivo Estatal, Márquez Zapata ha enfrentado señalamientos por supuestas injerencias externas y favoritismos que han profundizado las divisiones entre los propios panistas. Lo que alguna vez fue un partido con presencia y voz en el estado, hoy sobrevive a base de declaraciones huecas y promesas incumplidas que no logran conectar ni siquiera con sus antiguos simpatizantes.

El olvido estratégico es otro de los factores que ha condenado al PAN campechano a la irrelevancia. Sin propuestas claras, sin una narrativa propia y sin alianzas inteligentes, el partido ha dejado pasar la oportunidad de reconstruirse y de ofrecer a la ciudadanía una alternativa seria y responsable. Las pugnas internas, el desgano y la falta de visión han hecho que Acción Nacional se apague poco a poco, sin rumbo ni proyecto.

El PAN en Campeche, salvo un giro de timón radical y urgente, está condenado a convertirse en un recuerdo de lo que alguna vez fue. La pregunta ya no es si podrá resurgir, sino cuánto tiempo más tardará en desaparecer del mapa político estatal.