Carreteras de muerte: infraestructura vial abandonada por Layda Sansores

Viajar por carretera en Campeche se ha convertido en un acto de fe. El deterioro de la red vial estatal es uno de los temas más graves que ha ignorado el gobierno de Morena. Hoy, miles de ciudadanos deben transitar por caminos llenos de baches, sin señalización, sin mantenimiento, y en condiciones que ponen en riesgo la vida.

De acuerdo con fuentes del propio gabinete estatal, el presupuesto para mantenimiento y rehabilitación de carreteras ha sido reducido o redirigido a otros fines, muchos de ellos relacionados con comunicación social. La consecuencia es evidente: carreteras federales y estatales colapsadas, con tramos prácticamente intransitables, y un impacto directo en el comercio y la movilidad.

Transportistas han declarado que los constantes daños a sus unidades y los retrasos logísticos están elevando los costos de operación. Comunidades enteras en el sur y centro del estado han quedado desconectadas, lo que ha generado una crisis silenciosa que afecta a miles de familias.

La zona rural es la más afectada. Comunidades enteras han quedado aisladas por la falta de acceso seguro, lo que ha provocado retrasos en el transporte de productos, dificultades para llegar a escuelas y hospitales, y una creciente sensación de abandono total por parte del gobierno.

El gobierno de Layda Sansores insiste en que hay “avances históricos” en infraestructura. Pero en la práctica, lo único histórico ha sido el abandono sistemático de las vías de comunicación. La ciudadanía, cansada de excusas, exige rendición de cuentas y acciones inmediatas.