Abandono y descontento: La visita de los monarcas a Valencia desata ira entre los damnificados.

La visita de los monarcas españoles, acompañados de altos funcionarios, ha sido un recordatorio amargo de la crisis que viven los habitantes de Valencia tras las devastadoras lluvias. En lugar de encontrar consuelo, los damnificados recibieron a los reyes Felipe y Letizia con gritos de "asesinos" y "dimisión", además de lanzamientos de bolas de lodo, reflejando el descontento de la comunidad. La falta de una respuesta oportuna ha dejado a los residentes sintiéndose abandonados, lo que detonó una reacción airada.

¿Fue una muestra de solidaridad o una medida mediática? La falta de asistencia en los días previos ha sido evidente, y el simbolismo de la visita no bastó para apaciguar a quienes llevan días sin agua, alimentos o apoyo real en sus tareas de limpieza y rescate. El evento terminó en cargas policiales contra los damnificados, una acción que resulta incomprensible en medio de una tragedia que ya ha cobrado más de 200 vidas.

La visita se percibió más como un espectáculo sin fondo. La indignación se incrementa cuando miles de voluntarios han tenido que suplir la falta de ayuda oficial. Para muchos en Valencia, el gobierno ha fallado y los monarcas han llegado tarde, en un gesto que lejos de ayudar, sólo ha amplificado la frustración y el dolor de una comunidad al borde de la desesperación.